ANSIEDAD, cautivos de las conductas sociales


Hola, hoy os quiero hablar sobre uno de los motivos que hace que tantas  personas padezcan de ansiedad.

Pero antes debemos saber que la ansiedad no es mala en según qué terminos.... pues se trata de una respuesta natural y saludable del cuerpo, y es necesaria en ciertos momentos en los que detectamos un peligro o amenaza. Entonces nuestro cuerpo despliega todo su arsenal para reaccionar y huir o luchar... El problema viene cuando detectamos ese peligro incluso cuando no lo hay verdaderamente, pero nuestro cuerpo reacciona de la misma forma ante cualquier situación cotidiana;  entonces se convierte en un trastorno de la ansiedad generalizada, afectando la vida de la persona a nivel físico, mental y psico-emocional.

Hoy en día hay millones de personas en el mundo que padecen ansiedad, ¿quién no ha tenido ansiedad en algún momento en su vida?

Normalmente, este tipo de ansiedad que casi todos hemos experimentado en algún momento puntual, tiene que ver con los ritmos tan frenéticos que nos vemos obligados a llevar por imposición de nuestra sociedad. Vivimos en el mundo del hacer, de las prisas, con poco o nada de espacio para la reflexión y la autoobservación. Solo vamos haciendo todo aquello que se espera de nosotros, nuestro trabajo, la casa, los niños, las extraescolares, las reuniones y eventos familiares, etc. Tenemos que atender mil cosas y nuestro cerebro la mayor parte del tiempo va en automático. Pero llega un momento en que se colapsa… especialmente si sentimos que no vamos a llegar a esas exigencias que se nos pide, empezamos a pensar: “no puedo”, “no me da tiempo”, “si no entrego a tiempo este informe o no cumplo con los objetivos del mes me van a despedir del trabajo”, si no apunto a mi hijo en inglés no estará a la altura de los demás. Aquí hago un inciso porque esto me ha ocurrido a mí personalmente, y es que me di cuenta de que mi hija de 10 años andaba estresada y yo también, ¿por qué me empeñaba en que asistiera a inglés?, después de reflexionarlo mucho me di cuenta de que si no lo hacía no cumplía con las expectativas de la sociedad y me sentía culpable, pero no era peor que ver a mi hija colapsada porque además tenía ya 6 horas de conservatorio a la semana. Cuando decidí que dejara el inglés de momento (pues hay tiempo más adelante y mil formas de poder aprender el indioma) me sentí verdaderamente aliviada y sentí que era lo correcto. Mi hija está muchísimo mejor y rinde más en todo. Y esto sucede, porque tenemos que ver qué es lo mejor para nosotros y nuestras circunstancias, sin mirar aquello que se espera de nosotros, que nos hace entrar en un bucle de autoexigencia, preocupaciones y culpabilidad.


Vivimos en una sociedad en la que se nos dice lo que tenemos que hacer, qué es lo mejor para un futuro prometedor pero nos olvidamos de que solo hay un presente, por eso se llama así, porque es un regalo. También tenemos que tener en cuenta que cada persona es única y reacciona de diferentes formas pues somos producto de nuestras experiencias y circunstancias. Nadie mejor que nosotros sabe qué es lo que necesitamos, pero para ello necesitamos ese espacio de reflexión y autoobservación, espacio que no nos deja la sociedad ni nos permitimos porque hay que cumplir con todo y lo más perfecto posible porque sino no seremos suficientes…

Espero que os haya servido al menos para reflexionar 😉

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Mónica Medina

Terapias Sanayama

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